Cómo estás? Yo llena de energía después de un fin de semana muy muy especial, ha sido un Retiro Familiar maravilloso lleno de experiencias, aprendizajes y emociones. Un entorno espectacular, unas cocineras magníficas que nos atendieron con muchísimo cariño, compañeras de trabajo con una profesionalidad increíble y familias con unos corazones tan grandes que no sé cómo les caben en el pecho. Con tanta emoción vengo muy removida y algo pensativa. Han sido tantas palabras de agradecimiento, tantos abrazos, tantas miradas de complicidad, que no puedo dejar de sentirme AGRADECIDA por las personas que se cruzan en mi vida. Y reconozco que s iento una sensación agradable al recibir tantos gestos bonitos pero también hay mucho en mí que se remueve, ya que me doy cuenta que me cuesta recibir halagos, soy mucho más de decirlos que de recibirlos. Pensando sobre ello llego a la conclusión que igual que me gusta dar, he de aprender a recibir sin tener que por ello querer compensar al otro.Aceptar que cuando algo agradece se hace desde el corazón sin esperar nada a cambio, algo que tengo claro cuando yo doy pero no cuando recibo. Así que aquí me tienes, feliz de recibir tantos comentarios bonitos, tantos gestos de apoyo y deseando seguir orientando a más personas, porque realmente es lo que me apasiona. Y a ti, ¿te cuesta más dar o recibir agradecimientos?