¿Cómo estás? ¿Qué tal llevas el inicio del verano? En mi caso, dejando ya poco a poco el trabajo hacia el exterior, se acabó el curso escolar y también los talleres en centros, así que estoy a medio gas, realizando algunos asesoramientos personalizados y focalizándome en disfrutar de un tiempo para mi, para mi familia y pensando en nuevas ideas de cara al curso que viene. El verano trae muchas cosas: calor, piscina, ratos de disfrute y entre ellas también vienen las críticas, que suelen ser primero hacia nosotros y luego hacia el exterior.Empezamos por juzgar nuestro cuerpo, si hemos engordado más que el año pasado, si nuestras piernas están así, si nuestra tripa asá, si nuestros pechos se han caído después de la maternidad... y en ese discurso nos olvidamos de lo más importante: Agradecer que lo tenemos.La crítica viene por compararnos, bien con cómo estábamos nosotr@s hace unos años o por ver a otras personas que creemos que están mejor. Reconozco que yo me meto en ese discurso hasta que me doy cuenta de lo afortunada que soy porque: - Tengo piernas que me llevan de un lado a otro, me permiten caminar y andar de acá para allá. - Tripa que me permite digerir todos los alimentos que como, - Pechos que me recuerdan los tres año de lactancia maravillosos que viví con mi hija... y así con cada parte de mi cuerpo que veo "peor" que años atrás.
