¿Cómo estás? El otro día hablaba con un papá sobre los tiempos de juego de sus hijos y cómo él permitía que ellos exploraran con libertad esos momentos. Reflexionando, me di cuenta que a algunos padres les cuesta el dejar que sus hijos jueguen con autonomía, tendemos, de manera automática, a guiarles en el juego e incluso a decirles a lo que tienen que jugar y cómo jugar. Desde mi punto de vista, hay una gran diferencia entre jugar con nuestros hijos, que está claro que es algo que a todos nos encanta, y manejar su juego. He oído en muchas ocasiones a mamás que se sienten mal si ven a sus peques jugando solos y hoy mi invitación es hacerte ver que igual eso tiene que ver más con nuestro niño interior, con la herida de abandono que pudimos sentir de pequeños, con sentirnos culpables si no estamos con ellos, que con el hecho en sí de que ellos jueguen solos.
Es maravilloso todo lo que los niños pueden aprender si les dejamos jugar con libertad y simplemente observamos lo que hacen y cómo lo hacen.Hay multitud de ventajas en que los niños tengan autonomía en el juego, te voy a mencionar algunas de ellas para que así, la próxima vez que veas jugar a tu hijo solo en vez de sentirte culpable, te des cuenta de todo lo que ganan si tan sólo te quedas a su lado sin intervenir.
Ventajas de la autonomía en el juego:
- Aprenden a ser independientes y a escuchar sus necesidades, identificando qué quieren hacer y a qué les gusta jugar
- Desarrollan la creatividad y la imaginación, al establecer ellos las pautas inventan multitud de formas de juego
- Representan y configuran su realidad a través del juego simbólico, lo que nos hace ver cómo están interpretando su alrededor.
- Fomentan la toma de decisiones, ya que descubren cómo establecer sus propias normas en el juego.
- Fortalecen su autonomía, dándoles un tiempo para ellos y para organizar su juego