¿Cómo estás? Hoy vengo a hablarte sobre el amor, ese AMOR que se escribe con mayúsculas y que tiene que ver con el recibir y con el dar, pero primero pasando por amarnos a nosotros mismos para así poder dar y recibir de los demás. Aunque sé que es un discurso muy común, creo necesario seguir recordándolo porque todavía queda mucho por hacer. La semana pasada, como sabes, fue San Valentín, observé que todavía sigue habiendo frases que indican que para amar o ser amados hay que mirar hacia fuera y mi propuesta justo va hacia el lado contrario.
¿Qué pasaría si miráramos hacia dentro para empezar por enamorarnos de nosotros mismos y luego ya al resto?
Sé que no es la primera vez que oyes esto de que hay que amarse a uno mismo para poder querer a los demás, pero creo que aunque lo sabemos y nos lo decimos no lo practicamos demasiado. Me doy cuenta de ello porque en los talleres que imparto cuando hablo sobre el autocuidado muchas madres y padres reflexionan sobre cuánto tiempo llevan sin hacer algo para ellos y no me refiero a grandes cosas, a veces lo que escriben que quieren hacer es dar un paseo, leer un libro, bailar y me pregunto: ¿en qué momento decidimos dejar de cuidarnos, de amarnos para cuidar y amar a nuestras parejas, familias hijos?. Sé que en algunos momentos o en algunas fases de la crianza, hacer algo para uno mismo puede ser un enorme reto, lo sé porque es algo que tuve que trabajarme mucho, pero te aseguro que el hacerlo será la clavepara que puedas sentirte alegre,paciente, calmado, esas cualidades tan importantes para uno mismo y para la educación de nuestros niños.Mi propuesta de hoy son 5 pasos para que comiences por quererte primero a ti
Te invito a que te permitas:- Quererte, mimarte, trátate con cariño.
- Cuidarte, dedicando un tiempo para tu autocuidado.
- Hablarte con amor, con compasión, utilizando una comunicación positiva.
- Dedicar algún día para hacer lo que quieras (bailar, leer, cantar, pasear, descansar, darte ese baño de espuma… )
- Conectar contigo para poder conectar con el resto con momentos de introspección y extroversión.