Últimamente me vienen algunos miedos cuando pienso en el futuro. Sé que tienen que ver con todos los cambios que estoy viviendo a nivel laboral (nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevas experiencias) y a nivel personal ( nos mudamos de casa, nuevo barrio, nuevo entorno, empieza el verano y hay nuevo horario en el cole...). A veces esa sensación me bloquea, me paraliza, dejándome ver sólo las cosas negativas que podrían suceder en vez de en todas las positivas que quiero que se den.Reflexionando, me doy cuenta que:
el miedo es una emoción que en ocasiones es poco fiable, tiene que ver con proyecciones que hacemos de nuestros pensamientos a futuro, poniéndonos la mayoría de las veces en la peor de las situaciones y es curioso porque, a veces, la sensación que sentimos una vez pasado el miedo es justo la contraria.Una vez dado el primer paso, cuando ya has sido capaz de sobrepasar aquella situación que temes, lo que sientes poco tiene que ver con miedo, lo que se siente es una gran liberación, una sensación de orgullo y satisfacción por haberlo superado.
¿Te ha pasado alguna vez que algo que creías que temías luego al vivirlo no ha sido tanto como pensabas?
Y es que el miedo, como te decía, reside en los pensamientos.Si aceptas el pensamiento, lo observas, lo dejas ir y lo cambias por uno que te haga crecer, cuando te enfrentes a esa emoción te darás cuenta que mucho era producto de la mente, más que de la realidad en sí.Muchos asemejan esa sensación a tirarse por paracaídas, uno tiene algo de angustia al pensarlo, pero una vez se experimenta la sensación de volar, dicen, no tiene nada que ver con sentir temor, sino con sentirse libre. Me pregunto en qué momento empezamos a sentir miedo y me doy cuenta que es algo de adultos. Observo a mi hija y veo que ella vive sin ese pensar, es una exploradora nata, busca los cambios y le encanta enfrentarse a nuevas situaciones, a diferentes retos o desafíos y lo hace desde la naturalidad, más allá de cualquier otra sensación. Tanto que aprender de ella…. Así que mi propuesta hoy es, que si te encuentras en un momento de cambio profesional, personal o familiar, pruebes a:
- No pensar en el futuro como algo turbio y sombrío, todo en la vida es cambio y todo te puede servir para evolucionar
- Enfócate en lo que ganas en vez de en lo que pierdes
- Pon en una balanza qué te supondría el intentarlo con el quedarte parado
- Salta “al vació”, experimenta lo qué es vencer tus miedos
- Déjate llevar por tus sensaciones e intuiciones y no por tus temores, al otro lado te espera algo sorprendente, que seguro te hará crecer aunque hoy no lo creas.