En alguna ocasión te he hablado de cómo gestionar las emociones de tus hijos, con algunas herramientas que pueden servirte para conectar con ellos y así ayudarles a identificar y a comprender sus emociones. Te dejo uno de los links antiguos en los que te daba algunas claves para esos momentos de desborde emocional: http://patriciacoach.es/2018/10/02/como-acompanar-y-sostener-el-llanto-de-tus-hijos/Hoy quiero proponerte algunas pautas para ayudarte a transitar las tuyas. Y digo transitar porque a pesar de lo que nos enseñaron, para poder gestionarlas y aprender, es necesario permitirnos sentirlas y no controlarlas o salir de ellas. En mi caso personal, es algo que aún me cuesta, ya que soy una experta en tratar de alejarme de las emociones intensas que vienen en momentos determinados de la vida. Han sido tantas veces las que no me he permitido sentirlas y tantas las que he hecho por escaparme de ellas que el observarlas se me sigue haciendo difícil, reconozco que me sigue faltando entrenamiento. De hecho cuando siento una emoción intensa lo primero que me sale es bloquearla distrayéndome con otra cosa, trabajando, limpiando, yéndome de compras, poniendo la radio o diciéndome bueno ya está, ya pasó, cuando la mayoría de las veces no me he permitido vivirla. Me alejo de ellas porque aprendí que estar triste o enfadada era algo que no se debía mostrar, que a nadie le interesaba y que, por tanto, debía evitar esas emociones, así que después de tanto tiempo tapándolas me he vuelto una experta en huir de ellas. Después de varios años de cursos y de vivencias personales estoy desaprendiendo lo aprendido y dejándome sentir. Te aseguro que no es nada fácil, es incluso angustioso. Coincidirás conmigo que estar tristes o enfadados no suele ser plato agradable de vivir y más en soledad, porque muchas veces ni siquiera lo compartimos por el qué dirán los demás o por no aburrir al entorno con nuestras cosas, que a veces incluso denominamos de “tonterías” con tono despectivo. Sin embargo, te puedo asegurar que las emociones no expresadas o “no sentidas” no mueren, se quedan vivas en forma de otras sensaciones que tarde o temprano saldrán de muy diferentes maneras. Por tanto, mi invitación de hoy es que te permitas sentirte, si estás triste permítete sentir la tristeza, llora, mira qué provoca en tu cuerpo, qué piensas sobre esas sensaciones. Cada emoción y cada desborde emocional (emoción contenida que va acumulándose con el tiempo y acaba saliendo de forma desmesurada) vienen a decirnos algo de nosotros mismos. La tristeza suele tener que ver con no sentirte parte de algo, con sentirte desconectado del resto, con no sentirse importante, con la soledad, con el abandono, con la dependencia y detrás de todo eso hay algo que puedes aprender. La rabia suele estar ligada con lo no expresado, con el control, con que no se hagan las cosas tal y como uno quiere, con el ganar, con el ser o sentirse superior o inferior que el otro y si no es redirigida puede dañar al entorno. ¿Qué puedes hacer entonces? Te invito a que pruebes lo siguiente:
- Permítete sentirte, si estás triste llora, si estás enfadado canaliza esa rabia.
- Transita la emoción, suéltala, no la bloquees, no te distraigas con otras cosas, siéntela.
- Observa la emoción ( qué sientes) , observa los sentimientos ( qué te dices de eso que sientes ) , observa las sensaciones corporales ( en qué parte de tu cuerpo localizas esa emoción )
- Para qué te sirve, toda emoción viene para algo
- Qué información te está dando, qué hay detrás, qué es lo que de verdad te hace sentir triste, enfadado…
- Cómo puedes aprender de ella, qué te está diciendo de ti.
- Déjala ir y agradece lo que te haya podido aportar. Sentirla está bien, caer en el victimismo no te ayudará a comprenderla, así que no te encariñes demasiado, despídete de ella para dar lugar a otras emociones.