¿Cómo estás?Imagino que de vuelta de vacaciones, dejando atrás unos días de descanso y volviendo a la rutina. Yo cumplí mi compromiso de Disfrutar y Divertirme, aunque también hubo momentos bajos, porque no todo en la vida es satisfacción plena, aunque ahora nos empeñemos en aparentar que en todo momento todo nos va bien, eso es irreal e ilusorio. Todos tenemos momentos en los que teníamos una meta en mente (descansar, pasarlo bien, desconectar…) y luego la vida con sus planes nos propone retos, que a veces nos dificultan llegar a donde nos habíamos propuesto. Imagino que algo de esto te suena, ya que todos en algún momento hemos vivido eso que se resume en el refrán de: “El hombre propone y luego Dios dispone” pero así es la vida real, esa en la que pasan cosas que no controlamos y lo mejor que podemos hacernos es adaptarnos a las nuevas situaciones. Pasados estos días, observo los comentarios a mi alrededor, que son los mismos que suelo oír a menudo después de las vacaciones. Esas frases tipo: “se acabó lo bueno”, “ya toca volver a la realidad”, “se acabó poder disfrutar…. “.¿Te suenan? Yo en más de una ocasión las he dicho dejándome llevar por lo que suele decir la mayoría, pero hace tiempo decidí cambiar esa mirada hacia otro lugar que me hiciera sentir mejor y así poder sacar provecho de todo lo vivido. La idea es dejar atrás esos dichos, que lo único que te van a provocar es tristeza y mal humor, y que utilices esos momentos tan especiales vividos, para poder conectar con ellos en tus momentos bajos.En Coaching a esto de recordar esa emoción placentera en un momento de tristeza, rabia, tensión, ansiedad se le llama anclaje.Te invito a que lo pruebes, ya que te será de gran ayuda cuando quieras salir de una emoción intensa y ahora que tienes fresco ese momento de paz, de tranquilidad, de calma, que habrás vivido en algún momento de tus vacaciones, es un buen momento para visualizarlo y hacerlo fuerte. Para que puedas realizar el anclaje sólo tienes que seguir estos 5 Pasos.
5 Pasos para poder tener calma en momentos de tensión, estrés, rabia…:
- Cierra los ojos en donde estés y visualiza por unos minutos esa escena tan placentera vivida en algún momento de estas vacaciones. Visualiza ese momento en el que sentías tranquilo, calmado, relajado…
- Ponle todo tipo de imágenes, recuerda lo que observabas en ese momento tan agradable, qué escuchabas, qué sonidos había a tu alrededor, qué llevabas puesto, qué sentías, dónde sentías esa relajación en tu cuerpo.
- Permítete disfrutar de todas esas sensaciones como si estuvieras viviendo ese momento de nuevo.
- En el momento más álgido de tu emoción, cuando sientas que la paz te inunda, que estás totalmente tranquilo, realiza un pequeño gesto en tu mano, algo discreto, (puede ser cerrar el puño, presionarte algún dedo, tocarte alguna parte de la mano…) elige aquello que quieras hacer, esa señal que se convertirá en tu ancla cada vez que quieras volver a esa emoción.
- Pasados unos segundos, suelta el ancla y poco a poco ve abriendo los ojos y observa cómo te sientes después de haber visualizado ese momento y revivido esa experiencia que te provocaba clama.